"Bueno, mierda, ¿qué están haciendo?"
Con esas seis palabras, Leslie Jordan se consolidó como el rey de la cuarentena, la voz de la generación de distanciamiento social y la influencia que nunca supimos que necesitábamos. En estos tiempos difíciles, el actor, mejor conocido por su trabajo en Voluntad y gracia y Historia de horror americana, se ha vuelto viral a través de videos cortos que ha grabado de sí mismo en casa.
"Tenía 80,000 seguidores y, de repente, comenzó a subir", dijo Jordan a Lauren Zima de ET. "Y la gente llamaba y decía: 'Leslie, tienes un millón de seguidores'. Yo voy, '¿Por qué?'"
El hombre de 64 años ahora tiene más de 3 millones de seguidores en Instagram, todos sintonizados para verlo documentar su vida cotidiana en cuarentena: un día, se está pintando las uñas de los pies. Al siguiente, está girando un bastón como solía hacer con papá. Está hablando de lo que está comiendo, compartiendo historias sobre co-estrellas de antaño y lamentando estar aburrido.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los influencers, no llenará su feed con #sponcon.
"Incluso mis agentes decían, ya sabes, 'Hay una forma en que podríamos monetizar', lo cual ni siquiera sabía que era una palabra, y dije que no", dijo. "Simplemente la estoy pasando bien y no quiero hacer eso. No quiero ganar dinero con eso".
La verdad es que Jordan solo quiere hacer reír a la gente, ahora más que nunca. "Siento que he pasado por esto antes como un hombre gay en los años 80. Dios mío, enterré un directorio telefónico completo", abrió. Aún así, sigue siendo optimista. "Vamos a superar esto y creo que saldremos de esto más fuertes, saldremos de este tipo más amable. Es algo compartido por lo que todos estamos pasando".
Hasta entonces, él será @thelesliejordan, preguntando qué están haciendo. Y aunque sus videos se han convertido en memes en Twitter y en tendencias en TikTok, no está buscando desafiar una nueva frontera de las redes sociales en el corto plazo.
"¡Ni siquiera sabría cómo!" el exclamó. "Tuve suficientes problemas con Zoom para que tú y yo pudiéramos hablar". A medida que finaliza la entrevista, Jordan cuelga la llamada, o eso cree. "¿Tengo que apagarlo?" él pide. "No hables de mí. ¡Todavía puedo oírte!"
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